lunes, 9 de septiembre de 2019

PROTAGONISTA DE MI PROPIO APRENDIZAJE


Al mirar atrás  me doy cuenta de los muchos logros que he obtenido en el camino... Si bien el año pasado hice el Profesorado Universitario y una Diplomatura en Entornos Virtuales me doy cuenta que solo estaba al comienzo del camino...
Las Tic se me revelaron como una ráfaga de viento que me golpeó fuerte y me dió una gran sacudida. Yo manejaba los recursos digitales básicos, no tenía Facebook por ejemplo, menos Twiter.
No sabía hacer un video, ni conocía los mapas mentales, ni las infografías, ni los códigos QR, ni tampoco bajar música.
No había hecho ni respondido cuestionarios, test y formularios virtuales. No había trabajado en forma colaborativa con personas que no conozco y que viven a muchos kilómetros de distancia de mi casa. No había compartido información ni me había nutrido de las experiencias de mis compañeros, no había sido guiada por un tutor que estaba disponible casi las 24 horas del día los siete días de la semana.
Les agradezco a todos mis tutores tanto acompañamiento y aliento cuando más lo necesitaba. No los conozco personalmente pero hoy puedo afirmar que la virtualidad cultiva relaciones humanas muy cercanas... incluso más que las que tuve con mis profesores universitarios o maestros.
Aprendí a usar las Tic durante todo el proceso de aprendizaje y yo también aprendí con ellas. Las utilicé de la mano de la didáctica y la pedagogía, del diseño y el juego, del descubrimiento y la curiosidad.
Entonces salieron producciones maravillosas que yo exhibía con orgullo ante mis colegas, familia y amigos porque quería compartirlo con todos mis seres queridos... 
Realmente no me creía capaz de escribir y diseñar un blog, de publicar y compartir mis ideas en la virtualidad, de mantener charlas en línea en tiempo real y de aprender a buscar en la red con los ojos abiertos.
Me enamoré del efecto que producen las Tic en la evaluación, que se puede perder el miedo cuando las cosas están claras y explicitadas por medio de  Rúbricas...
Y lo mejor de todo es que vivencié personalmente que se puede aprender jugando (Kahoot) y que puede ser divertido y  entretenido hacer una evaluación escrita (para ver mi formulario hacer click aquí).
Aprendí a pensar que el proceso de aprendizaje es diferente en cada caso porque depende de cómo lo vive  su protagonista ... el alumno... Y si ser alumno es sentirse incompleto, curioso o imperfecto... 

...nunca dejemos de sentirnos alumnos, porque es la única forma 
de seguir aprendiendo.



sábado, 7 de septiembre de 2019

DERRIBANDO MITOS 

Y APRENDIENDO EN EL INTENTO




¿Qué evalúo? pregunta clave disparado inicial de éste módulo que acarrea consigo un sin número de respuestas concatenadas y me llevan hacia una profunda reflexión: ¿cómo evalúo? y por supuesto ¿cómo debería evaluar?
Durante éste camino he empezado sobre todo derribando mitos sobre la evaluación: "escrita, final, rígida y sumativa".
¿Porqué debe ser escrita si por medio de las Tic puedo ver más allá de los contenidos que deben alcanzar los alumnos? Puedo ver las competencias y habilidades que poseen, que van adquiriendo y que alcanzan finalmente con el instrumento propuesto para desarrollar la tarea. Puedo observar además de los contenidos, el proceso:  como el alumno participa en grupo, como expresa sus ganas de aprender, lo que ya sabe, lo que comparte, lo que se apropia. 
Entonces nos convertimos en detectives en nuestra propia clase buscando las "evidencias de aprendizaje" por medio de diferentes instrumentos... pero primero debemos visualizar hacia donde queremos ir (los resultados que queremos lograr) y después establecer los criterios de evaluación (las características que deben estar presentes en la producción final).
¿Y cómo deben ser esos criterios? Transparentes, públicos y compartidos. ¿Porqué? Porque de lo contrario llevamos a nuestros alumnos a una situación siniestra al momento de ser evaluados... cómo quien transita con los ojos vendados por el sendero de un laberinto tenebroso y desconocido, a tientas... con miedo. ¿Porqué no darle un mapa al alumno?¿Porqué no quitarle la venda de los ojos? ¿Porqué no tomarle la mano y alentarlo si es cuando más nos necesita? ¿Porqué con "mostrarle" o diseñar junto a ellos una rúbrica? ¿Porqué no jugar con ellos mientras son evaluados? (Eso me lo enseñó la experiencia con Kahoot). Y finalmente ¿porqué no "charlar" con ellos al concluir el proceso con una buena retroalimentación?. 
Debemos entender que la evaluación es una etapa más dentro del proceso de aprendizaje y no un premio o castigo final que se presenta como un rótulo o vestimenta que se coloca al alumno."Soy un siete" decía acertadamente Sofía Camussi y yo sentí un escalofrío... ¿Y yo que soy?
¡Que miedo! y lo peor de todo es que nosotros los docentes les ponemos a nuestros alumnos ese traje de siete, de ocho y lo peor... de cero igual a "no-esperamos-nada-más-de-vos" ... "siempre vas a ser un siete, siempre vas a llevar éste apodo".
Y así ese  traje riguroso te marca, te duele... porque una vez que se coloca no se puede sacar fácilmente...  Entonces cada "prueba" (¡que palabra tan fea!) destruye poco a poco al alumno "tu" alumno, una persona igual que vos, que tus hijos, que tus seres queridos y lo obligás a pensar como un siete por mucho tiempo sino es para siempre.
¿Terrible cierto?
Poner tanto poder en manos del profesor que mancha con tinta roja más que una hoja de papel... mata la autosuperación, el autoestima y las esperanzas de quién solo estaba en nuestra clase por casualidad o porque quería aprender.
Etiquetamos a nuestros estudiantes cuando solo vemos el producto final sin ver el camino por el que transitaron, cuando evaluamos solo los contenidos sin atender  las competencias que han desarrollado y apropiado y que por ello pueden aplicar en otras áreas de su profesión, de su vida entera. Por ejemplo respetar una opinión de un compañero en un trabajo grupal es el reflejo de respetar mañana a cualquier persona que se presente en su vida diaria, sea un jefe, un cliente o su propia madre.
¿Y quién dice que solo el profesor puede portar ese eminente poder de evaluar? ¿Acaso no conocía la autoevaluación, la coevaluación y la heteroevaluación? ¿Acaso al momento de evaluar nosotros mismos no estamos siendo evaluados por nuestros alumnos?
Nuestra forma de evaluar dice mucho de nosotros mismos... es por ello que es imperativo que hagamos el cambio tomando como punto de partida nuestra propia práctica docente. Que perdamos el miedo a saber menos que nuestros alumnos. Que aceptemos que cada clase es una oportunidad hacia nosotros mismos de aprender un poco más. Que el proceso de enseñar y aprender es una relación dinámica que implica un feedback  entre docente y estudiante. Así habría menos discursos de profesores "sabelotodo" en nuestras aulas y más tutores que acompañan y guían a nuestros alumnos para que todos lleguen a su propio ropero y decidan que traje se quieren poner... un siete... ¡no! yo solo quiero quiero aprender... saber un poco más  y esa ropa no tiene una marca determinada ni un diseño prefijado porque cada uno lleva su propia vestimenta, todos distintos, algunos muy locos, pero todos felices.







lunes, 2 de septiembre de 2019

GAMIFICANDO EL AULA
Y ROMPIENDO ESTRUCTURAS




Debo confesar que al principio fue una gran sorpresa la respuesta que tuve por parte de mis estudiantes ... pero después de pensarlo un poco era obvio que iban a reaccionar así. ¡A quién no le gusta jugar o divertirse!
Aunque tuve varios tropiezos con la tecnología (cuando llegué al curso empecé a armar el proyector y no me funcionaba el cable que lo conectaba a mi computadora, así que un alumno me prestó la suya y yo le presté la mía para que pudiera hacer la actividad), pude sortearlos finalmente y lograr que jugaran y aprendieran casi sin darse cuenta.
La experiencia la realicé en el Instituto Universitario de Seguridad Pública con los alumnos de segundo año de la Tecnicatura (policías) donde imparto la materia de Legislación en Seguridad Pública.
Es un ambiente muy diferente a un secundario o universidad, por demás cerrado donde  se imparte una enseñanza muy tradicional y rigurosa que no permite demasiado el uso de la tecnología (no se pueden usar celulares, solo notebook y bajo previa autorización). Ello implica que la mayoría de los profesores son de corte conductista (muchos de ellos incluso son policías con formación de policías) y la forma de evaluar es siempre oral o escrita por demás sumativa.
Pero como yo siempre digo ¡ésta es mi hora, mi materia y mi clase!... así que hoy rompimos el molde con tan grata novedad al implementar éste "juego en línea" o Kahoot (hacer clik aquí)




Mis alumnos comenzaron a divertirse desde que se inventaron los nombres de los grupos que iban a competir, es decir que jugaron desde el comienzo... y después se armó una gran competencia  entre los grupos que intervenían: quiénes eran los más rápidos, los que más sabían o los que mejor comprendían las consignas dadas.
Comprobé que les gustó realizar la actividad mediante un cuestionario realizado en google drive (hacer clik aquí)
Ellos estaban libres, contentos y yo ... feliz de haber roto el molde por primera vez en esa institución, de dar el primer paso, de demostrar que se pueden hacer las cosas de forma diferente y aún así lograr el mismo resultado: el aprendizaje pero desde juego, desde el entusiasmo... sin lapicera roja, sin la palabra "prueba o examen"... sino desde la alegría de aprender jugando.
Solo tengo palabras de felicidad y agradecimiento a los organizadores y tutores de éste curso por habernos llevado a realizar tan grata actividad en nuestras aulas.

¡gracias, gracias, gracias!




Los ganadores... ¡mis alumnos y las TIC en el aula!